El agua es un elemento que aporta muchas sensaciones. Paz, armonía, frescor.
La mezcla de matices que nos proporciona el decorar el jardín con agua siempre dan un valor añadido al entorno y crea distintos ambientes con sus juegos de reflejos y movimientos.
Una fuente es el complemento perfecto para convertir un patio en un lugar único, donde refugiarse del mundanal ruido y disfrutar de un rincón acogedor.
Los elementos de agua han sido una apuesta continua del paisajismo a través de los años. A su faceta estética se unen otros aspectos que hacen que colocar una fuente sea una opción perfecta para el diseño de un jardín.
En los meses de calor el agua proporciona una gran sensación de frescor. El ruido del movimiento de la fuente nos servirá para amortiguar el ruido ambiente del entorno. Las fuentes con láminas de aguas tranquilas da lugar a buscar creaciones de reflejos y colores con los que completar el proyecto de paisajismo. Se trata de un elemento decorativo muy versátil, adaptable a cualquier tipo de jardín o parque, independientemente de su tamaño o estilo.
Colocar la fuente perfecta es una tarea delicada. Hay que tener en cuenta si queremos que el agua sea el elemento protagonista del jardín o solamente un complemento.
Es muy importante estudiar las dimensiones adecuadas. El tamaño es muy importante. Debemos diseñar la relación perfecta entre fuente y jardín, entre el entorno y el recipiente que contendrá el agua.
Hay tener en cuenta que una fuente es un gran foco de atención, por lo que cuidaremos con detalle la ubicación de la misma. El estilo a elegir vendrá marcado por la finalidad del jardín. Buscaremos un carácter sobrio y de gran personalidad para espacios corporativos y grandes jardines públicos urbanos.
Para jardines privados o parques públicos que se inspiran en la naturaleza diseñaremos una fuente adaptada al entorno con un diseño acogedor.
En cualquier espacio podremos encontrar la fuente adecuada, incluso en terrazas y áticos. Por eso, no hay razón para prescindir de ella.
Ya que los elementos de agua invitan al relax y a la contemplación, proyecta un espacio de descanso cerca de ella, con muebles de exterior donde poder cómodamente pasar un rato escuchando el arrullo del agua.
Y ante todo combina el estilo de la fuente con el del resto del espacio. Un jardín tiene su propio lenguaje que hay que respetar.