El agua es uno de los tesoros más importantes del planeta, y hacer un uso responsable de este es y será vital para combatir el problema de escasez que cada vez se hace más palpable, especialmente en los meses de verano. Por ello hoy os queremos hablar de la xerojardinería o xeriscape, un estilo de paisajismo que tiene como prioridad ahorrar el máximo de agua posible sin renunciar a tener un jardín bonito. La xerojardinería nació en Estados Unidos en la década de los 70 como respuesta a una gran sequía. Sería en los 90 cuando esta tendencia llegó a Europa, también en un momento de escasez de lluvias. El agua es necesaria para cualquier planta, pero la xerojardinería propone un uso racional de la misma basándose en el conocimiento de las plantas, optando por aquellas que se adapten mejor al medio, y en el diseño técnico, ya que un jardín sostenible requiere de planificación previa. A continuación vamos a desgranar los principios básicos en los que se apoya la xerojardinería. 1 – Análisis del lugar El estudio de las condiciones climáticas del lugar, la vegetación existente y las condiciones del suelo, es vital para realizar una buena planificación del jardín, ya que estas variables acotarán las especies a elegir, el sistema de riego y el diseño. 2 – Dividir el jardín en zonas Tendremos que distinguir 3 tipos de zonas en función de las necesidades hídricas y estéticas de las mismas. Distinguiremos entre zona árida (donde se recibe la mayor cantidad de luz solar y están alejadas de elementos que la protejan), zona de transición (hará de vínculo entre las dos zonas límite) y zona oasis (se encontrará cerca de la edificación o de arbolado para beneficiarse de la caída de lluvia y de la sombra). 3 – Selección adecuada de plantas Elegir las especies que más se adaptan a las condiciones climatológicas no es sencillo. Para ello nos ayudará mucho conocer las variedades autóctonas del lugar. Entre las opciones que tengamos podemos hacer una combinación que nos ayude a diseñar un jardín con variedad de volúmenes y colores.
4 – Zonas verdes con sentido En caso de que queramos colcocar una superficie de césped hemos de tener en cuenta que ha de ser de tamaño limitado, en una zona adecuada y que tenga una función, no sólo un relleno. De hecho, la mejor opción será optar por cultivar el pasto natural del lugar, mucho más fácil de mantener. 5 – Utilizar medios de riego eficientes Debemos tener muy claras las necesidades de nuestro jardín, agrupar las especies en relación a la cantidad de agua que necesitan y diseñar un sistema de riego acorde. Hay que optar por sistema de mínimo desperdicio de agua como la microaspersión o el goteo, y completarlo con sensores de humedad que nos informen de si estamos aportando la cantidad de agua adecuada. 6 – Colocar cubiertas de suelo Las cubiertas evitan la pérdida de agua en superficie y permite a la vez que el agua penetre con mayor facilidad hacia la zona de raíces, contribuyendo a evitar la erosión y la escorrentía.