Darle un toque natural a tu hogar y tu jardín puede ser más sencillo si lo haces con macetas. La integración de la naturaleza en la arquitectura cada vez cobra más importancia y, tal vez, la maceta es la forma más sencilla y eficaz de producir la interacción entre el hombre y el mundo vegetal.
El diseño y el paisajismo han ahondado en el perfeccionamiento de este sistema, consiguiendo una variedad de técnicas, materiales y estéticas, que se adaptan a cualquier estilo y entorno. La colocación tradicional de macetas puede ser tendencia siempre y cuando lo hagamos pensando en la estética que queremos obtener y elegimos cuidadosamente las macetas apropiadas, teniendo en cuenta su apariencia y tamaño. En espacios interiores debemos escoger minuciosamente las especies que plantaremos. El crecimiento de algunas plantas puede ser excesivo para estancias pequeñas y las necesidades de luz, aire y agua han de estudiarse para colocarlas en el lugar adecuado. Aún así podemos crear efectos muy naturales que harán que nuestro hogar disfrute de un toque muy natural. En el exterior existe más libertad de creación. Existen macetas de distintos tipos y tamaños que nos permitirán colocar especies de cualquier tipo, incluídos árboles. Nuestro jardín en forma de maceta puede ser muy chic y crear ambientes acogedores con un trocito de naturaleza y su particular libertad de colores, formas y volúmenes. Si queremos causar impacto podemos crear una estructura vertical. Cubrir una pared dará un toque natural y artesano. También podemos utilizar este sistema como separador de ambientes con una sensación liviana y agradable. La arquitectura se puede aliar con el mundo de las macetas fusionando ambos ámbitos, como este ejemplo donde los forjados sirven de apoyo para macetas de gran escala que dan una sensación de fachada semivegetal. También el mundo del diseño se vuelca en esta tendencia con creaciones originales como soportes innovadores o sistemas de implementación en azulejos. Sea cual sea, el resultado siempre es un éxito.