En unas semanas el invierno llegará a su fin y con ello, poco a poco, comenzarán los días de sol. El momento de disfrutar plenamente de nuestro jardín está cerca, así que debemos prepararnos ahora para tener a punto todos los detalles.
Un solarium es una de las prioridades de nuestro patio, pero también lo es disponer de una zona de sombra donde protegernos de los rayos del sol. Los árboles pueden crear una fresca zona de sombra, pero también hay dispositivos especializados en este fin, como los toldos, las pérgolas, las sombrillas o los toldos vela, de los que vamos a hablar hoy. Los toldos vela pueden ser una solución para ocasiones puntuales o como como sistema fijo. Desde luego, son más versátiles que los toldos y abarcan mayor espacio que las sombrillas. Probablemente ya los habrás visto en otros lugares, y seguro que te encantan. Es un sistema muy sencillo. Consta de una lona de forma triangular o poligonal tensada por cuerdas o cables y amarrada a puntos fijos, como una pared, un poste o una verja. Los hay de todos los tamaños y también se pueden confeccionar a medida. Es una solución muy económica y fácil de instalar, sin necesidad de grandes estructuras, sólo precisamos de tres puntos de anclaje. Al final de la temporada podemos retirarlo fácilmente y alargar su vida. Una de las grandes ventajas de los toldos vela es su versatilidad. A su variedad de tamaños se suma su facilidad para variar la inclinación. Así podemos configurar rápidamente la cantidad de sol que queremos recibir o proteger zonas concretas de nuestro jardín. Además, podemos colocar varios toldos para cubrir mayor superficie o hacer composiciones de volúmenes y colores que darán un toque de diseño muy especial a nuestro jardín. Como véis, las ventajas de este sistema de sombra son muchas. Son económicos, fáciles de instalar y con un aire naútico que enamoran a todos.